La domesticación de la naturaleza

Las representaciones que forman el acervo de Mexico Imaginario demuestran la diversidad de estrategias que adoptaron exploradores, viajeros, piratas y colonizadores para describir un mundo natural cuya extrañeza dificultaba incluso su comprensión. Ya sea que partan de la experiencia personal o que utilicen el conocimiento local, sus representaciones establecen vínculos con lo conocido para lograr comunicar el sonido, el sabor, la forma de una fruta, planta o animal a quienes no visitarían el territorio mexicano. Así, a partir de analogías, de la similitud y la diferencia, sus descripciones ondulan entre la exaltación de la maravilla y de lo monstruoso, de la riqueza y del peligro, lo salvaje y la posibilidad de civilización.

A partir de esto, la naturaleza mexicana se volvía ordenada, placentera y, sobre todo, útil. El estudio de la naturaleza se formuló de tal forma que los seres vivos se mostraban a servicio del imperio y los conocimientos locales como subordinados a la empresa científica conjuntamente europea. El reconocimiento de la naturaleza mexicana se volvió en una forma de afirmar el poder y la superioridad europea por encima de los seres y culturas locales. La representación se volvió en un acto de apropiación virtual. Se eliminó la ambigüedad y la variedad de nombres de plantas y animales; las ilustraciones presentaban una perspectiva única y reproducible desde la cual debían ser entendidos; se fabricaron tipos ideales para incorporarse al sistema de clasificación europeo que replicaba el orden divino e imperial. Con esto se permitía el control a distancia del Nuevo Mundo desde los principales centros culturales tales como París, Madrid y Londres los cuales formaron una red de intercambio de objetos y representaciones que transformó a la naturaleza en un símbolo de poder.

El proyecto científico de la Inglaterra del siglo XVIII se nutrió de forma importante de los relatos y estudios sobre el mundo natural mexicano realizados por españoles desde el siglo XVI. La traducción al inglés de los libros escritos en castellano se mostró como una forma de legitimación del conocimiento de los primeros europeos en el continente americano. Las experiencias de los primeros exploradores se recopilaron y sistematizaron en libros enciclopédicos que pretendían encerrar el mundo entre sus páginas. Esta segunda apropiación afirmaba el poder y la superioridad científica inglesa, así como dirigía la búsqueda de aplicaciones prácticas de los nuevos recursos naturales a intereses del imperio británico. 

En Mexico imaginario se refleja la necesidad por nombrar y entender la naturaleza mexicana. Sin embargo, la comprensión y representación científica también se muestra como una forma de conquistar el territorio, las culturas y los seres vivos, así como una afirmación de la superioridad intelectual inglesa que desplaza a los márgenes, a menor grado, la importancia de los recuentos españoles y, de forma más importante, los saberes nativos en el desarrollo de la historia natural en Inglaterra.

 

Bibliografía

  • Olarte, Mauricio Nieto. "Ciencia, imperio, modernidad y eurocentrismo: el mundo atlántico del siglo XVI y la comprensión del Nuevo Mundo." Historia Crítica 39 (2009): 12-32.

  • ———. Remedios para el Imperio: historia natural y la apropiación del Nuevo Mundo. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia (2000).

La domesticación de la naturaleza